Trucos

¿Has probado todos los tipos de limpieza facial? No puedes perderte estos

La higiene facial es un cuidado indispensable para el rostro. Todas las pieles a partir de los 25 años deberían secundar una serie de tratamientos de limpieza de cutis de forma periódica. Existen muchos tipos de limpieza facial, todo depende de las peculiaridades de cada piel y lo que desees conseguir.

Una buena higiene facial ayuda a limpiar en profundidad y a rejuvenecer la piel, dándole un aire más joven y brillante al mismo tiempo. Para lograrlo, necesitas saber cuál es el tipo de limpieza que más te conviene.

En este artículo, te explicamos en qué consiste cada tipo de limpieza facial. Cada tratamiento cuenta con ciertas particularidades y va dirigido a un tipo de piel en concreto. Todo está condicionado por el problema que quieras tratar. Una limpieza puede servirte para preservar la calidad de la piel tras el desgaste que implica,por ejemplo, la exposición reiterada a la radiación solar, así como para estimular los fibroblastos, que son los responsables de crear colágeno y elastina a fin de mantenerla joven.

Toma nota de los principales tratamientos faciales y elige el tuyo.

1. Básica

Es uno de los tratamientos para el rostro más sencillos. Está indicado para las pieles jóvenes que apenas presentan alteraciones. Consiste, en primer lugar, en realizar una dermolimpieza. Con ella se limpian el rostro, los ojos, el cuello y el escote y se prepara la piel para llevar a cabo la limpieza facial.

A continuación, la exfoliación remueve las células muertas adheridas a la superficie de la piel. Se emplean distintos agentes exfoliantes como el scrub, el peeling, los ácidos, etc.

Acto seguido, tiene lugar la extracción para retirar todas las impurezas, espinillas y puntos negros. Todo ello, con máximo cuidado para no dejar marcas y eliminar todo lo posible.

Mediante la alta frecuencia se calienta la epidermis. Aumenta el riego sanguíneo y la oxigenación del tejido. De este modo, se obtienen muchos beneficios, ya que es desinfectante, antiinflamatorio, estimulante, etc.

A través del masaje con principios activos se introducen los activos adecuados para tu piel. Se puede realizar en el rostro, en el cuello, en el escote y en las cervicales acometiendo maniobras relajantes, drenantes y remodeladoras.

El de la mascarilla es otro paso a seguir, mediante el cual se calma y nutre la piel. Así, se aplica una mascarilla idónea a cada tipo de piel, basada en principios activos, para reequilibrarla.

Administrando una crema específica, se retira la mascarilla y se aplica el contorno de ojos ideal para tu tipo de piel. Mediante un suave masaje se consigue que su penetración es más fácil y efectiva.

Todo ello sin olvidar la crema SPF 50, la protección solar perfecta para prevenir el envejecimiento y las manchas en la piel.

2. Ultrasónica

Cuando hablamos de cuidados de la piel, la higiene ultrasónica supone un paso más en este sector. Su aplicación consiste en pasar una espátula por la piel tonificada. A través de vibraciones, tiene lugar la limpieza y con ella su regeneración profunda.

Este proceso elimina las capas superficiales del cutis, haciendo que todos los residuos (puntos negros, espinillas, etc.) se retiren de forma sencilla y sin necesidad de someterte a tratamientos más dolorosos.

Podemos decir que se trata de un paso añadido a la técnica anterior. En concreto, su lugar está entre la exfoliación y la extracción.

3. Microdermoabrasión

Este tipo de tratamiento consiste en realizar una exfoliación profunda de la piel, sin ser invasivo. Gracias a él podrás eliminar y renovar las capas más superficiales de la dermis, estimular la regeneración y producir colágeno y elastina.

Ayuda a mantener la piel luminosa, joven y firme. Desaparecen las arrugas y todo tipo de marcas. Del mismo modo, supone un paso adicional a la exfoliación de la higiene básica.

4. Con tratamiento

En determinadas ocasiones, la piel puede reclamar algo más que una simple higiene facial. Por ejemplo, puede requerir hidratación, vitaminas, reafirmación, oxigenación, etc.

Para implementarlo de forma más eficiente se recurre a los tratamientos que proveen a la piel de todos los requerimientos extras que precisa. Para ello, suelen emplearse diferentes productos, dentro de los cuales se seleccionan siempre los de mayor calidad y concentración. Algunos de estos productos son de vitamina C, el retinol, las células madre o el colágeno, entre otros.

Como ves, para mantener un buen cuidado de la piel, sobre todo, en el caso del rostro, es imprescindible acudir al procedimiento idóneo, dentro de los tratamientos ya comentados en estas líneas, siempre atendiendo a tu tipo de piel y a sus necesidades particulares.

Si estás decidida a preservar la salud de tu rostro, es hora de escoger, dentro de los tipos de limpieza facial expuestos, el que más te conviene. No lo hagas nunca sin el asesoramiento del especialista. Solo los expertos en la materia sabrán valorar los detalles y pautarte el tratamiento y los cuidados complementarios más adecuados para ti.

 

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